CARTA A LOS DISCÍPULOS otoño 1994 (CD-7-94)

Sólo las estrellas están despiertas. Las luciérnagas todavía  hacen uno que otro destello a media luz sobre el césped. El chasquido de algún goterón de rocío acumulado en las hojas, o  el golpe aislado de una rama desprendida de un árbol muerto acentúan el silencio. Ha llovido en la noche y el aire huele a hierbas limpias.

Los insectos, los topos, los tlacuaches, el armadillo, los gallos, las gallinas de pelea  y los moradores del ashram duermen todavía. Tengo la sensación de ser un viajero del espacio que flota todavía en el vacío y el silencio y se prepara para entrar en la atmósfera de la Tierra.  Enciendo la grabadora al azar para el aterrizaje. Un Gayatri, cantado por Osho, da la pauta de una realidad abierta a lo sagrado que no deja de estar aquí, en el mundo de lo humano.  Medito, me desnudo de mí mismo y me dejo ser, sin tiempo. Grita un pájaro. Otros le responden. Sus voces pasan  a través de mi. No hay nada ajeno en ellas, son mi propia voz. Luego se unen otras voces y me encuentro cantando con los pájaros y los gallos, gritando con las voces de las madres que alertan a sus hijos para ir a la escuela y traqueteo con una maquinilla que comienza a trabajar. La luz ensaya sus colores para pintar al día. Primero usa colores intensos y  sombras obscuras para dar  perfil a los montes y luego llena los barrancos con tonos lechosos  para  dibujar los árboles y las hierbas con matices verdes.  

Ray Lynch sale de la grabadora con su música transparente y me hace fluir con movimientos curvos y rítmicos que voy pautando con un bastón  de bambú de ocho cañutos. Avanzo en actitud felina, agazapado; giro dando vueltas sin dejar de correr; lanzo un silbante garrotazo a un enemigo invisible y continúo moviéndome al compás de la música mientras el bastón se mueve en varias direcciones. Todo parece tan natural que lo mismo puede tratarse de una danza con varios bailarines invisibles, o de una feroz pelea con enemigos incorpóreos, y también. de un cálido romance con  amadas inconsútiles, pero no pasa  de ser un anhelo de fluir con libertad imitando el vuelo de los pájaros, los giros del viento, los saltos de los grillos y los arteros movimientos de las criaturas reptantes.

-¡ Tao, Te, Tai ! - Me oigo exclamar al final, frente al Sol, que comienza a levantarse sobre el horizonte, y una risa sofocada me hace contrapunto. 

- ¡ Hola, pax!

- ¡Pax, maestro!  Lo veo muy solo

- ¿ Qué la hace pensar que estoy solo ?

- Pues, ha estado bailando con un palo en la obscuridad durante un buen rato       

- Le diré que se me ocurre un chiste malo con moraleja dudosa: Vale más bailar con un palo en la obscuridad que bailar a palos en la claridad. 

- ¡Ja, ja!                                                            

No es para tanto, no se sienta obligada a reír.

- Es que me tiene usted impresionada. Estoy aquí porque tomé el autobús de la media noche y llegué antes de lo que esperaba y todos estaban dormidos a esa hora. Entonces oí la música , me vine aquí y lo vi solo 

- Pues no estoy solo.  Mire este bastón, que usted ve como un palo, es en realidad una obra de arte de la naturaleza y del ingenio humano. Es de un tipo especial de bambú oriental que cultivamos en el Ashram.  Tiene ocho cañutos que representan los  ocho Kowuas, las fuerzas de la Naturaleza, según de la tradición china, y es un símbolo de potestad. Requirió de varios años de trabajo vegetal para reunir en él la luz del sol, el agua de la lluvia, las sales de la tierra y los elementos del aire.  Luego vino una hermana española y lo preparó durante varios días para pasarlo por el fuego, enderezarlo y templarlo hasta darle la ligereza y la fuerza que tiene, con el brillo natural que refleja la luz como si  fuera de laca. Aquí ha estado ella disfrutando su obra conmigo mientras yo hacía ejercicios de Whu-Shu. Además, estaban el Maestro Osho, cantando, y Ray Lynch explicándonos con música lo que ha vivido; para no hablarle de las luciérnagas, los mosquitos, los tlacuaches, el armadillo, los perros y los árboles que también participaron a respetuosa distancia.

No estoy solo. 

Hace treinta y tres años que conozco la Ceremonia Cósmica y trece que la practico formalmente. En todo este tiempo nunca me  ha parecido repetitiva o cansona. Cada día me parece como una nueva flor, fresca, sugestiva y plena de vida. Me hace recordar el título de un libro de Piotr Ouspensky llamado Un nuevo Modelo del Universo. Nada más el título, porque el contenido es algo complicado y carezco de la gracia de entender lo complicado. Pues, si, cada día la Ceremonia Cósmica me hace disfrutar de un nuevo modelo del universo. En realidad es el mismo Universo, pero cada día la ceremonia me permite descubrir algo nuevo. Cada día la siento más sabia, más humana y más sagrada; más mía, o más reveladora de mi mismo.  El Padre nuestro que está en el Reino de los Cielos, que está dentro de nosotros  mismos, cada vez lo siento más cercano, tal vez por aquello que constituye el mensaje más alentador del Señor Jesús: " ... el Reino de los Cielos se ha acercado a vosotros."  El Señor es el Ser Supremo que se refleja en todos los Seres y el Reino de los Cielos es el Vacío y el Silencio de lo sagrado, del infinito potencial latente sin Espacio y sin Tiempo que constituye la reserva de la eternidad.

Los símbolos del ceremonial son obra de pontífices, de constructores de puentes entre lo humano y lo sagrado; de puentes que salvan el abismo que separa la Realidad de la Verdad, de lo relativo y lo eterno. El símbolo de la Cruz, aparte del dramático significado que le da el cristianismo, es el símbolo por excelencia del paso entre lo humano y lo divino: cuatro vertientes que se resumen en un Centro común:  Materia, Energía, Mente y Espíritu que se resumen en el Ser.  El Ser en lo Humano y lo Humano en el Ser, y el símbolo como un puente por donde transita la conciencia entre uno y otro y nos permite ser conscientes de ser totales. El triángulo de luces que simboliza lo sagrado y los cuatro símbolos dispuestos en rectángulo sobre el Ara que recuerdan lo humano. Uno de esos símbolos de lo humano, el fuego, es el símbolo del espíritu, representado por un vaso rojo con una flama encendida; lo humano es el vaso, o corazón  -¿ el amor ?  ¿ y las llamas encendidas el Sagrado Corazón ?  En todo caso, el símbolo del espíritu, del punto de encuentro entre el Ser y lo Humano, el espíritu como punto de encuentro del Ser Humano en su propio corazón. 

Y así, por el estilo.  Cada paso, cada símbolo, cada movimiento, cada palabra, describe y descubre, paso a paso, todo lo que la conciencia y la fe pueden alcanzar en un momento dado, que nunca es exactamente igual a los demás momentos.                              

Le puedo comentar algo que parece chisme, pero que yo he observado?

- Coméntelo.  Como decía Espinoza, el filósofo: Soy un hombre y nada de lo que atañe a los hombres me es extraño.

- ¿ Porqué los maestros son atractivos para muchas mujeres, no sólo en lo espiritual y místico, sino también en lo humano y físico?

 - Sin aceptar ni rechazar nada, le diré que eso es muy natural y sencillo. La mujer, por naturaleza es servidora de la vida. Ella admira a lo que sirve a la vida. Como el nivel de evolución no es igual en todas las mujeres, hay algunas que admiran principalmente lo físico de la vida, otras lo moral y afectivo, algunas más lo mental, lo inteligente, y las menos lo espiritual y lo trascendente.  Si se encuentran con un hombre físicamente apto para luchar por la vida y para defenderla, lo admiran, porque puede transmitir valores efectivos para la supervivencia por su fuerza y su valor.  No es nada raro que las mujeres se enamoren de los atletas, de los guerreros y de los hombres físicamente bien dotados. También se enamoran, de acuerdo con su propia evolución, de los hombres que dignifican la vida con su sentido de la belleza y de la bondad, de los artistas, de los hombres que son capaces de dar respuestas a la sensibilidad femenina, que  es bastante fina, en general.  Las que se enamoran de los hombres inteligentes son menos, tal vez porque presienten que la mas honesta declaración de la inteligencia es aquella que confiesa que sólo sabe que no sabe nada, pero, de todos modos, la inteligencia se manifiesta también en el manejo del Poder y el Poder puede ponerse al servicio de la vida.  Las que se enamoran de los místicos son las menos, pero también las hay que se enamoran de  lo que sirve a la vida en forma sutil porque  consideran que la Iniciación está al servicio de la vida en su más alto nivel, sin descartar los niveles mas densos. Un Maestro de Iniciación Real, para serlo, necesita ser físicamente apto; debe tener sentido de lo bello y de lo bueno; lo mismo que debe de ser inteligente para sobrevivir dentro de las diferentes corrientes sociales que tienen la tendencia a hostilizar a quienes se adelantan a su nivel medio. Desde luego, un Iniciado necesita mucho espíritu, mucho amor para servir a la vida y, además, aceptar el reto del mas allá, de los imposibles, al precio de su renuncia a lo que constituye  comodidad y seguridad para realizar sus ideales, y eso, especialmente, es muy atractivo para la mayoría de las mujeres. Un tipo de hombre así se acerca bastante al ideal del Príncipe Azul de la psique femenina. Es natural que las mujeres se sientan atraídas por los maestros de Iniciación Real y que estén dispuestas para ayudarlos en todo lo que se les ofrezca, y eso, siendo generoso y bello, llega a veces a constituirse en una calamidad para los propios maestros y para otras mujeres que tienen muy desarrollado el sentido de la propiedad privada. Es difícil mantener los convencionalismos sociales con las damas que solamente ven al hombre, como su hombre, como su propiedad y    no ven al maestro. Por eso la mejor compañera de un  Maestro puede ser alguna de sus discípulas, la que lo admire como un retador de imposibles y no solamente como un objeto de lujo para su ego. Las mujeres se enamoran de los hombres que admiran, y esos hombres son los que, de algún modo,  son capaces de servir y de dignificar a la vida.

Por nuestra parte, los hombres nos enamoramos de las mujeres que nos inspiran amor a la vida.

-Tengo la impresión de que la Iniciación Real, como nosotros la llamamos, no es mas que Desarrollo humano y Psicología Transpersonal.  ¿Qué dice usted ?

- Las corrientes modernas de la Psicología, están resumiendo conceptos de la religión, de la filosofía y de la ciencia y comienzan a coincidir con los conceptos de la Iniciación, puesto que la Iniciación Real  es una síntesis y una matesis, un resumen y una vivencia,  de la experiencia humana. Los psicólogos transpersonales como Ken Wilber, dicen: "El Ser que andas buscando eres tu mismo. Date cuenta."  Y eso lo dicen resumiendo el pensamiento oriental y occidental antiguo, que en su tiempo estuvo ligado a las Ciencias Sagradas y a la Iniciación.  Estamos de acuerdo.  Y ¿qué más dice la Iniciación? Pues dice cosas como ésta:  " Si logras darte cuenta, es decir, si logras tener conciencia, de que el Ser que andas buscando eres tu mismo, afirmas tu verdadera identidad y adquieres la capacidad de tener conciencia de tu conciencia, lo cual te permite comenzar a dirigir el desarrollo de tu propia conciencia desde tu Centro Real, desde tu SI, desde tu SER, que es la fuente del potencial de vida de tu persona...  Entonces  descubres que la Vida Eterna es la que estás viviendo y que el instante en que la vives es la Eternidad.

Tener conciencia de la Eternidad es la Iluminación. 

Y algo más: la conciencia de la Eternidad es un requisito indispensable para comprender la Unidad Divina en el universo y en el individuo. Esto hace que el Iniciado se sienta solidario con la Humanidad y con la Naturaleza, y considere que lo que degrada o hace sufrir a una criatura viviente nos degrada a todos, lo mismo que  nos favorece a todos lo que enaltece a cualquier aspecto de la vida. Esto es  algo que comienza a preocupar a los científicos, pues están descubriendo que todo tiene relación con todo. Esta forma de pensar esta creando una verdadera revolución en la sociedad humana, tradicionalmente dividida por prejuicios de credos, de razas, de sexos y de clases.    

 
-La autocrítica es una de las características que me gustan de sus cartas a los discípulos, me escribe un Hermano.

No lo había pensado. Simplemente trato de ser realista, puesto que nuestra Iniciación es Real, sin dejar de estar conectada con lo Sagrado. A menudo reflexiono sobre la forma en que se va desarrollando nuestro proceso como institución y como individuos, y naturalmente, tengo que incluirme yo. Hasta hoy he percibido un esfuerzo genuino de superación en la mayoría de nuestras elementos, a pesar de las contradicciones en que caemos de vez en cuando. Inclusive los conflictos  de los lunares contra los solares, y de los racistas contra los universalistas, o  de las   feministas contra los machistas, los considero legítimos dentro de una realidad dual y dinámica que apunta hacia una evolución  consciente.  He  repetido  que esperar el ciento por ciento de aciertos es irreal, a pesar de que se busque la calidad total y la excelencia en nuestros propósitos y en nuestros comportamientos. "Con el cincuenta y uno por ciento a favor ya vamos bien," he dicho.  Por otra parte, sigo pensando que el ochenta por ciento de nuestro trabajo es positivo;  que el quince por ciento es impreciso o apático y que el cinco por ciento es pérdida neta, lo cual es muy aceptable en una empresa de reeducación humana como la nuestra. En general estoy satisfecho con lo que hemos alcanzado hasta hoy y me siento optimista en cuanto al futuro de nuestra obra. Para mi, la vida sólo tiene sentido cuando se pone al servicio de algo grande y lo que nos proponemos nosotros es extraordinariamente grande y noble, comenzando  por que queremos ser mejores Seres Humanos y tratamos de que ese sea nuestro mejor argumento para convencer a otros Seres Humanos para que intenten lo mismo y todo sea mejor para todos.

Sin embargo, mi actuación desde que llegué a la Gran Fraternidad Universal, de un modo o de otro, siempre ha sido polémica. De entrada, me encontré en medio del fuego cruzado de una "guerra" entre "lunares" y "solares". Opté por lanzarme de cabeza en la trinchera de los "solares", mas por intuición que por conveniencia, y me encontré al lado del Gran Maestro Don José Manuel Estrada.  Veintitantos años después el Maestro desapareció y yo me encontré entre los herederos de una "guerra" racista entre chamanes e iniciados y no me quedó más remedio de dar la cara y tratar de salir adelante. 

Como todo, todo pasó, pero la experiencia que nos quedó fue valiosa.  Ahora las tensiones han vuelto a acumularse y me encuentro nuevamente sobre la cumbre de una colina donde comienzan a descargarse las fuerzas de una tormenta sexista.

Bueno, después de la tormenta viene la calma y todo renace. Así es la vida. Procuraré cumplir mi parte.

Un abrazo.  Con la mejor intención del SAT CHELLAH José Marcelli

P.D. Viajaré por el Norte y el Centro de México.  En diciembre dirigiré un Seminario de Reflexiones y Meditaciones en Torno al Fenómeno Crístico, en el Ashram Interno Mundial de Coatepec. El 26 de diciembre saldré hacia Argentina y varios países de Sudamérica.    

G-F-U  


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